Al atardecer de este 11-S dos potentes haces de luz han sido visibles desde kilómetros a la redonda, reflejándose en el cielo nublado.
Un lugar privilegiado para observar la estampa ha sido el paseo de Brooklyn Highs Promenade, a orillas del East River.
Cientos de personas se han congregado ya al anochecer a lo largo de su recorrido.
Muchos para inmortalizar el momento.
El recogimiento y la contemplación era la actitud más repetida en los asistentes, sobre todo en torno a alguno de los improvisados memoriales establecidos por familiares y amigos de víctimas.
Así, con resplandor sobre Manhattan, se ha despedido este sentido 11-S.
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