Pero tiene además otros puntos fuertes.
Como el ambiente portuario que conserva desde sus orígenes...
Sus edificios de ladrillo rojo, utilizados como almacenes de diferentes mercancías hasta el siglo pasado...
Sus grafitis...
O cierto espíritu arrabalero, al quedar un poco aislada con respecto a otras zonas, ya que no es posible llegar hasta aquí mediante metro, sólo en autobús.
Quizás este handicap hizo surgir en los 80 y 90 el intento de desarrollar tranvías por algunas de sus calles.
Pero la falta de ayuda pública condenó al fracaso el proyecto y dos de los tranvías quedaron abandonados como el sueño de lo que pudieron llegar a significar para el barrio.
(Paradojas de la vida: los tranvías se oxidan y duermen el sueño de los justos mientras los taxis acuáticos acercan sin parar a neoyorquinos desde el sur de Manhattan hasta Red Hook para comprar en una tienda de la famosa marca sueca que amuebla hogares por todo el mundo y que tiene aquí instalada una de sus sucursales).
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