El mayor de Brooklyn es Prospect Park, diseñado por los mismos que idearon Central Park (concretamente el paisajista estadounidense Frederick Law Olmsted y el arquitecto inglés Calvert Vauxes), allá por 1860.
Son 236 hectáreas de zona verde, mucho menos concurridas que las de su primo hermano de Manhattan.
Lo cual se agradece por ejemplo para disfrutar su gran pradera sin amontonamientos.
Otra opción es perderse por sus paseos, entre una frondosidad de árboles a la que uno no suele estar habituado en otros parques públicos.
También hay presencia de agua, como se ve, que desemboca en un gran lago.
Lago donde hay quienes practican la pesca deportiva.
Además de peces, si hay suerte también pueden verse caballos en acción, con sus correspondientes jinetes.
Todo un pulmón en definitiva para Brooklyn, perfecto también para practicar deporte (ciclismo, atletismo, béisbol y fútbol parecen los más populares) y con más rincones especiales en los que habrá que detenerse con más tiempo otro día.
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