Aunque lamentablemente no hubiera equipos españoles en liza, un evento como la final de la Champions League hay que seguirlo a pesar de la distancia. Y si a uno le pilla en esta ciudad, una buena opción para vivirlo con gran ambiente es el "Biergarten" de Queens.
Todo ello, a pesar del inconveniente de este año: coincidía en gran parte con uno de los partidos de playoff entre los Rangers de Nueva York y los Devils de Nueva Jersey, lo que imposibilitó disfrutar de la gran pantalla exterior (copada por este encuentro de hockey sobre hielo).
Así que los incondicionales del soccer nos vimos abocados a reunimos bajo techo en el interior, donde se desataron los ánimos de partidarios de uno y otro equipo (quizá mayoría de simpatizantes del Bayern y mucha menor presencia de público latino comparada con el año pasado donde el FC Barcelona era uno de los contendientes en la final).
De esta forma se vivieron los momentos posteriores a los dos goles marcados en el tiempo reglamentario.
Otro episodio destacado del partido fue el penalti errado por Roben en la prórroga, seguido en este caso desde la pantalla exterior.
Y por último, el intenso desenlace en la tanda de penaltis finales, para éxtasis de unos y hundimiento de otros.
Después de tantas emociones, lo mejor al día siguiente ha sido aprovechar el excelente tiempo y darse una vuelta por Williamsburg y sus privilegiadas vistas al Midtown de Manhattan.
Ya huele a verano.
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