Calma tensa a la espera de la llegada de "Irene". Por ahora la madrugada está despejada y sopla un leve viento.
Pero la psicosis se ha instalado entre la mayoría de la gente, al menos a la hora de aprovisionarse. Las colas en los supermercados han sido desorbitadas.
El bien más buscado es el agua embotellada. Otros, como leche o comida envasada, comienzan a ser también difíciles de encontrar
El transporte público cierra al mediodía de este sábado, algo inaudito en una ciudad donde metro y autobús funcionan las 24 horas.
En el suburbano avisan con carteles de las alteraciones previstas.
Aunque el último boletín a estas horas indica un debilitamiento en la fuerza de los vientos, habrá que seguir atentos de la evolución.
El estado de advertencia y la necesidad de extremar precauciones siguen vigentes.
La ciudad se prepara para hacer frente al huracán.
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