sábado, 28 de julio de 2012

Summerscreen

El cine al aire libre, siempre que la climatología lo permite, es una buena opción para las noches de verano.

En el barrio de Williamsburg las proyecciones tienen lugar junto a McCarren Park.


A favor, que es una zona despejada y de buena visibilidad. En contra, que el suelo es cemento y no césped como en otras localizaciones.

Para sobrellevarlo, antes de la película hay minutos musicales a cargo de bandas locales.

El último día actuaron Prince Rama, que hacen gala de imagen y sonidos de influencia "bollywoodiense".


Su número final fue esta coreografía, muy celebrada por el público hipster con menos complejos.


Una vez comprobadas las propuestas sonoras más modernas, el vistazo alrededor delataba un lleno absoluto.




La sesión dio comienzo cuando la oscuridad se hizo notar.


Son tiempos de revisión ochentera, qué se le va a hacer.

viernes, 27 de julio de 2012

Severe thunderstorm

Días de bochorno últimamente.

El único respiro es que a veces culminan en sonadas tormentas.

La última llegó precedida de una alerta por fuertes vientos (con posibilidad de tornado incluso) e inundaciones.

Por ello se suspendieron todos los conciertos, proyecciones y demás eventos que hubiera previstos de celebrar al aire libre

La masa de nubes negras llegó al área metropolitana al filo de las nueve de la noche.



Los elementos se desataron acto seguido.


Pero al final no pasó de ser una tormenta de verano más.

Aunque muy fotografiada.

lunes, 23 de julio de 2012

Picnic with Beethoven

A veces es posible reconciliarte por unos minutos con el mundo.

Como en este concierto de música clásica en Fort Greene Park.


Ambiente relajado, muchos padres con niños, manteles sobre la hierba, carrito de helados...




Y la Quinta de Beethoven.


Al final los músicos son recompensados con esta ovación.


Mientras los rascacielos ocultan el sol.

lunes, 9 de julio de 2012

Governor's Island

Accesible por ferry gratuito durante los meses de buen tiempo se encuentra Governor's Island.

El trayecto desde Brooklyn dura apenas 5 minutos y ofrece una panorámica vista del Downtown de Manhattan y el Brooklyn Bridge.




La historia de este estratégico enclave ha sido movida durante los últimos cuatro siglos: primero las tribus nativas americanas lo usaron como sitio de pesca; después los imperios holandés y británico se la rifaron por un tiempo (fueron precisamente los hijos de la Pérfida Albión los que la dieron el nombre actual al destinarla como lugar de residencia de los gobernadores reales); al llegar la Independencia de EEUU se fijó su uso militar; y finalmente, en 2002, se decidió devolverla a la ciudad de Nueva York y destinarla a uso público.

Al llegar y caminar unos metros da la impresión de entrar en un pueblo fantasma. 

Las deshabitadas casas de los militares que en su día fueron destinados a la isla son ahora testigos silenciosos entre la espesura.






Algunas residencias denotan incluso ciertos aires de grandeza arquitectónica.



Pero en seguida al salir a campo abierto se aprecian las consecuencias de su cesión a la ciudadanía neoyorquina.

Como este minigolf.



O este parque de peculiares instalaciones al aire libre (con vistas a las nuevas torres del World Trade Center).


Que permite la posibilidad de caminar sobre una réplica del rostro de la Estatua de la Libertad.




El día en Governor's Island no puede terminar muy tarde, ya que el último ferry de regreso es a las 7pm.


Con Brooklyn a la vista.

jueves, 5 de julio de 2012

July 4th Fireworks

A eso de las 9 y 20 comenzaron a iluminar la noche los 40.000 cohetes dispuestos para celebrar el 4 de julio.
Tocaba desplazarse hasta las cercanías del río Hudson, ya que el margen oeste de Manhattan era el designado para este espectáculo pirotécnico y patriótico (por cuarto año consecutivo, lo que ya genera mosqueo entre los vecinos del este, principalmente de Brooklyn).

Las azoteas de los edificios fueron el lugar idóneo para seguir el festejo.




Otros tuvieron que arremolinarse en las calles, como por ejemplo en la Avenida 11, aquí a la altura de la calle 50.



 Tras la traca final hubo ovación general para celebrar el éxito de la pólvora.


Algo que se da por supuesto, aunque viendo lo que les pasó a los vecinos de San Diego en California, está claro que no siempre sale como se espera.